Ecología

sábado, 11 de abril de 2020

MARÍA TERESA DE BORBÓN PARMA, TESTIMONIO EN TIEMPOS DIFÍCILES


Autor: P. August Monzon i Arazo 

Oratorio de San Felip Neri de València 




S.A.R. María Teresa de Borbón Parma


El jueves 26 de marzo falleció en París, debido a la epidemia del Covid19, la infanta María Teresa de Borbón-Parma, hija del rey Javier y tía del muy alto señor Carlos Javier de Borbón-Parma.

Doctora en Sociología por la Sorbona y profesora durante un tiempo en la Universidad Complutense de Madrid, veneró siempre la memoria de su padre, el rey Javier, por su integridad y su piedad, por su nobleza y humanidad. El hecho de haber sido encarcelado por el nacionalsocialismo en el campo de concentración de Dachau, como consecuencia de su militancia en la Resistencia francesa, le hizo superar la tentación integrista y revivir el carácter popular y la oposición al despotismo propios de la tradición carlista (y foral), ahora en clave democrática y en diálogo con la modernidad.


El Concilio Vaticano II supuso la confirmación eclesial de esta extraordinaria conversión, en el sentido más preciso de la palabra. Es aquí donde se inserta la figura de María Teresa, mujer con una fuerte personalidad. Vital y entusiasta, enérgica y tenaz, sencilla y cercana, orientaba todas estas cualidades y virtudes en una sola dirección: el compromiso en pro de una sociedad mejor. ¡La consecratio mundi que la Iglesia propone como tarea propia de los laicos cristianos! Maria Teresa ha vivido realmente como mujer consagrada ... a los ideales del reinado de Dios inaugurado por Jesús.

¿Cómo vivió estas exigencias, colaborando siempre lealmente con su hermano Carlos-Hugo, jefe de la dinastía? Su participación en la transición democrática del Estado español fue tan notable como silenciada, y el nuevo régimen quiso obstaculizar tan injustamente como el viejo los planteamientos que ella representaba. 

Como buena cristiana, era solidaria e internacionalista: comprometida en la defensa de los oprimidos y con la lucha de los pueblos latinoamericanos, y cordialmente dialogando con el Islam. A esto añadía otra actitud evangélica: su pasión para la paz y la concordia, en todos los niveles de la convivencia humana.

Es cierto que concretar ejes ideales es siempre arriesgado y falible, pero, como dice el Papa Francisco -a quien María Teresa tanto apreciaba-, es preferible una Iglesia que quizás no acierte, que se "enfríe", a una Iglesia aburguesada que ahogue en la su inacción supuestamente "neutral" -en su autoreferencialidad-, por miedo al compromiso con las causas justas de la humanidad. Por eso también, el gran amor que María Teresa tenía a los pueblos de las Españas, no era retórica vacía ni sentimentalismo alienante: amaba de manera concreta sus lenguas y culturas, y su derecho a decidir libremente si quieren, o no, convivir en un proyecto común.

Su relación con València fue muy especial, sobre todo porque, cuando la familia Borbón-Parma fue expulsada de España en 1968 por el Estado franquista, ella pasó a residir clandestinamente en nuestra ciudad, en un fructífero exilio interior. Y felizmente estos últimos años ha podido reencontrarse con nosotros. En 2017 participó en Jornadas de reflexión política y jurídica "Els valencians, poble d’ Europa", celebradas en la Facultad de Derecho de Valencia, y la tarde del 29 de junio -310 aniversario del abolición de los Fueros-, expuso convincentemente su comunicación: "El principio foral y la pluralidad de las Españas como respuesta al conflicto territorial". Por la mañana, siguiendo la costumbre familiar, había venerado el Santo Cáliz en la Sede metropolitana y había firmado en el libro de oro de la cofradía.

El 25 de octubre del año pasado, 2019, María Teresa volvía a viajar desde París a nuestras tierras para participar en el congreso internacional celebrado en Morella, la ciudad de Vinatea, a propósito de la autonomía valenciana. En su intervención desarrolló magistralmente un tema yo diría que inédito: la importancia decisiva del consenso -y de la idea de pacto- a lo largo de la historia de nuestro pueblo.

Dos días después, en la Misa por la patria, la paz y la justicia que celebramos a Santa María del Puig cada último domingo de octubre, llevó procesionalmente el Libro de los Fueros de Valencia, que fue depositado sobre el altar. Era la primera vez que se realizaba este signo tan elocuente, y precisamente en la "cuna de la patria".

Finalmente, el domingo 1 de diciembre de 2019 María Teresa asistió con Don Carlos Javier en la solemne Eucaristía celebrada en la Capilla del Santo Cáliz de la Sede metropolitana. Tras la invocación del Espíritu Santo por parte de la asamblea, Carlos Xavier, como jefe de la casa de Borbón-Parma, recibió la bendición conjunta de los oficiantes (católicos romanos) y de los sacerdotes anglicanos presentes, y, finalizada la liturgia, juró los Fueros del Reino de Valencia. Habían pasado tres cientos trece años desde que el Archiduque Carlos, también en la Seo, el domingo 10 de octubre de 1706, había jurado los Fueros como Carlos III de Valencia, frente al obispo de Segorbe misser Antoni Ferrer i Milán, congregante del Oratorio de San Felip Neri de València.

María Teresa quedó muy contenta, pero siguió entregada y comprometida… hasta la muerte, cuando se enfrentó a Covid-19 con elegante discreción y dando ejemplo de una gran fortaleza. Como acaba de recordar Carlos Javier, en estos tiempos inciertos y difíciles, nos invita a seguir luchando, firmes y esperanzados, "por los derechos, las libertades y la dignidad de las personas y de los pueblos". Rogamos por ella, y que ella -amiga, compañera, hermana-, nos ayude siempre, "en la vida y en la muerte y ante el tribunal de Dios".

Valencia, 5 de abril de 2020 
Domingo de Ramos



Santa Maria del Puig (27-X-2019)


Capilla del Santo Cáliz - Catedral de València (1-XII-2019)



Transcripción de la dedicatoria de la infanta María Teresa de Borbón-Parma en el libro de oro de la catedral de València: 

"València, tierra de encuentro entre culturas, a la vez que de firme reivindicación de sus valores espirituales que simboliza el Santo Cáliz, puede y debe ser campeón de consenso, en el sentido más elevado, en el mundo actual. María Teresa de Borbón. 29 de junio de 2017."