María
Teresa Junto a su sobrino, Carlos Javier de Borbón Parma, actual
Jefe de la Casa real Carlista
Autor: Josep Miralles Climent
Breve
biografía y recuerdo
Ayer por la tarde murió en París,
víctima del coronavirus, a la edad de 86 años, María
Teresa de Borbón Parma,
una de las tres hermanas de Carlos
Hugo, el que fuera
líder del Partido Carlista durante el franquismo y la transición
democrática.
Había nacido en París en 1933.
Cuando contaba 10 años, su padre, el regente carlista, D.
Javier de Borbón Parma
fue detenido por la Gestapo por pertenecer a la resistencia, e
internado en el campo de concentración de Dachau, de donde fue
liberado en 1945 por los aliados.
Maria Teresa
estudió Ciencias Políticas y era doctora en ciencias hispanas, y
fue profesora de la Universidad de la Sorbona de París y de la
Universidad Complutense de Madrid.
Durante el franquismo participó
activamente en el proceso de renovación del carlismo a partir de los
años cincuenta, junto a sus hermanas María
Cecilia y María
de las Nieves, así
como de su hermano mayor Carlos
Hugo.
Acudía en muchas ocasiones a los
distintos actos carlistas que se realizaban por las Españas. Las
actividades públicas de un carlismo semi-tolerado y de la familia
Borbón Parma
al frente, provocaron su expulsión en 1968 por parte del dictador
Francisco Franco.
Era muy querida por los militantes
más jóvenes, por eso, en el multitudinario acto de Montejurra de
1969, la Juventud carlista dedicó a María
Teresa la siguiente
carta:
"Un día dijiste No. Tu voz llegó hasta nosotros.
Te quedaste. Notamos tu presencia, te hemos visto.
Hoy eres el símbolo de la resistencia del
inconformismo juvenil ante un mundo resignado a ser esclavo.
Nuestra suerte la hemos echado contigo porque tú
la has echado por los que luchan por la libertad.
Tu nombre es el signo que ya suena como la hora
que España ha aceptado para hacer su futuro, y como dijiste en
Montejurra es la hora de la esperanza.
Eres digna representante de los tuyos, eres digna
representante de Carlos, porque sin Carlos no hay bandera de justicia
y libertad.
Esta hora engendra un mañana libre, con nuestra
lucha y nuestro testimonio lo haremos posible.
La juventud carlista en Montejurra 69 ha
percibido su responsabilidad. Nuestro juramento y ofrenda es ser
responsables hasta el final; hasta siempre.
Intentan aniquilarnos, nosotros luchamos. Porque
los pueblos marchan y las dictaduras sucumben.
La lucha nunca acaba. Es la permanencia del
espíritu sobre el miedo y el acomodo. Es la alegría, la justicia y
el amor sobre el egoísmo, pesimismo y paternalismo.
Si el marxismo busca el paraíso del proletariado
en la tierra, nosotros haremos que el pueblo alcance su libertad para
llegar al paraíso de Dios mediante la revolución que conquiste esta
libertad para conocer a Dios a través de la cultura y de los bienes
que pondremos al alcance de todos.
Tu ejemplo es nuestra consigna. Tu lucha es
nuestra lucha. Mientras quede un solo carlista habrá resistencia.
Hoy estamos en la guerrilla, mañana en el poder.
El futuro es de los hombres libres. El hombre
libre no es sólo el que posee libertad sino también el que lucha
para conseguirla"
Todavía
eran años de poesía, a pesar de la persecución a la que el
carlismo venía siendo perseguido por el régimen de Franco
desde que en plena Guerra Civil se negó a ser absorbido por el
partido único creado por el dictador.
María
Teresa estuvo
siempre al lado del sector más dinámico y militante que evolucionó
hacia el socialismo autogestionario que encarnaba el Partido
Carlista, desde los congresos de Arbonne, a principios de los años
setenta. Desde entonces, asumió la responsabilidad de la Secretaría
de relaciones Internacionales del Frente Exterior, junto a otros
carlistas también en el exilio.
Poco
antes de la muerte del dictador fue la portavoz de la mesa que
anunció en París la unión de la oposición democrática en la
Platajunta.
Era
sencilla y próxima; cristiana sincera y siempre respetada por
personas de muy diversas ideologías. Generosa, solidaria, entregada
y entusiasta hasta el último momento. Siempre dispuesta a trabajar
en favor de cualquier proyecto que fomentase el entendimiento entre
pueblos, religiones y culturas. Llegó incluso a aprender árabe,
para poder leer el Corán en su lengua original.
Sus
inquietudes y su extraordinaria cultura le llevaron a estudiar sobre
diversos temas y problemas actuales. Lectora infatigable, poseía una
biblioteca muy extensa en su biblioteca de madrileña de Majadahonda.
Dio conferencias sobre temas como la construcción del socialismo en las sociedades posmodernas; los derechos humanos en los países árabes; el papel de la cultura y los intelectuales en nuestros días; el terrorismo en el mundo actual; o la responsabilidad de los medios de comunicación social en nuestras sociedades.
Autora de numerosos trabajos monográficos sobre el carlismo; Valle Inclán; el Islam; Inmigración; y recueros familiares y de libros como: El momento actual español, cargado de utopía (1977), La clarificación ideológica del Partido Carlista (1979), Cambios en México (1990), Magreb: nuestro poniente próximo (1994), Don Javier, una vida al servicio de la libertad (1997), Desde Tánger: la transición que viene (1999), La Transición desde el frente exterior (2001) y Así fueron, así son (2009).
Dio conferencias sobre temas como la construcción del socialismo en las sociedades posmodernas; los derechos humanos en los países árabes; el papel de la cultura y los intelectuales en nuestros días; el terrorismo en el mundo actual; o la responsabilidad de los medios de comunicación social en nuestras sociedades.
Autora de numerosos trabajos monográficos sobre el carlismo; Valle Inclán; el Islam; Inmigración; y recueros familiares y de libros como: El momento actual español, cargado de utopía (1977), La clarificación ideológica del Partido Carlista (1979), Cambios en México (1990), Magreb: nuestro poniente próximo (1994), Don Javier, una vida al servicio de la libertad (1997), Desde Tánger: la transición que viene (1999), La Transición desde el frente exterior (2001) y Así fueron, así son (2009).
Creyente,
comprometida con los movimientos cristianos de base, era habitual su
presencia en los congresos de teología que se celebraban en Madrid
organizados por la asociación de teólogos y teólogas “Juan
XXIII”. Afirmaba
que no se podía ser cristiano sin ser socialista.
Gran
conversadora tuvo amigos y contertulios como, José
María Díez Alegría, Enrique Miret Magdalena, José María
Caffarena, Santiago Carrillo, José Vidal Beneito, John K. Galbraith,
Roger Garaudy, Hugo Chávez o Yasir Arafat.
Le gustaba recordar su encuentro con Dolores
Ibarruri “La
Pasionaria”, en Moscú, y de cómo ésta –hija de mineros
carlistas vascos- le cantaba canciones carlistas de su infancia.
Entre
los carlistas siempre se relacionó amigablemente con todos los
militantes que se acercaron a ella y también con los carlistas
veteranos a los que trataba con un cariño excepcional. Pero cabe
destacar su gran amistad y admiración con el que fuera Secretario
General del Partido Carlista, José
María de Zavala, y
con el historiador del carlismo Josep
Carles Clemente,
ambos ya fallecidos.
Estaba
en posesión de la Cruz de la Orden de la Legitimidad Proscrita, que
le concedió su hermano Carlos
Hugo, y seguía
fiel y leal al heredero de la Legitimidad, representada hoy por su
sobrino Carlos
Javier de Borbón Parma,
hijo de Carlos Hugo.