Ecología

sábado, 15 de febrero de 2020

CARLISMO DIGITAL: UN ESPACIO DE DEBATE, PROPUESTAS Y COMPROMISO


Después de más de 180 años de historia, ¿todavía el Carlismo puede hacer aportaciones a la sociedad española? Pensamos que sí. Es mucho lo que se ha avanzado desde la Transición hasta nuestros días: gozamos de un marco político democrático por el que tanto hemos luchado, aunque insuficiente; los viejos reinos de las Españas y su derecho a la autonomía política se reconocen en nuestro ordenamiento constitucional, aunque con muchas limitaciones y restricciones a falta de un pacto federal; formamos parte del proyecto europeo, una aspiración de futuro que compartimos, pero no desde los principios mercantilistas que lo impulsan. Con avances y retrocesos los ciudadanos hemos ido conquistando derechos sociales y políticos. Actualmente, la sanidad, la educación y las prestaciones sociales cubren, solo en parte, las necesidades de las clases más desfavorecidas.

Pero es igualmente cierto que estamos lejos, muy lejos, de las metas políticas y sociales que propugnamos los carlistas. Y, además, tras la última crisis económica y la irrupción de ideologías xenófobas, misóginas y negacionistas, se ha producido un peligroso retroceso de los valores éticos, morales y democráticos y se ha ensanchado la brecha entre una minoría cada vez más rica y una mayoría cada vez más empobrecida, con la presencia endémica de grandes bolsas de miseria y exclusión social inadmisibles.

El anquilosamiento de nuestro ordenamiento constitucional, que funciona más como un corsé de las libertades y derechos que como un cauce abierto de participación, junto con la crisis del modelo de Estado por el desafío separatista, está haciendo peligrar la convivencia ciudadana interterritorial y provocando, por ahora, amagos de enfrentamientos fratricidas y que la respuesta del sistema en clave de represión ha contribuido a radicalizar.

La visibilización en la vida social de las reivindicaciones de las mujeres en defensa de la igualdad real de deberes y derechos, de la lucha contra la violencia machista y de la equiparación laboral y salarial, han calado mayoritariamente en el tejido social, sin tener aun respuestas suficientes.

El sistema de partidos y la propia clase política son, desde hace años, parte del problema y no aparecen como parte de la solución. La profesionalización y la práctica de las puertas giratorias, y a menudo el nepotismo, la corrupción y la utilización con fines privados de recursos públicos, se están convirtiendo en actitudes habituales y enquistadas.

La problemática actual tiene dimensiones globales añadidas, nuestra época es testigo de la mayor crisis histórica del llamado capitalismo liberal. Esta crisis explica los malestares expresados en manifestaciones violentas que sacuden las sociedades europeas y el mundo en general.

Las consecuencias no se han hecho esperar. Una parte de la sociedad española ha visto denegada su legítima reinterpretación de la Constitución y en todas las capas de la sociedad existen núcleos que anhelan retomar la vía rupturista de la Transición democrática.
¿Cómo lograr acuerdos y consensos que puedan aportar soluciones a la situación actual de enfrentamientos? Nosotros, los carlistas, parapetados en nuestra histórica legitimidad y en nuestro largo recorrido como el más antiguo movimiento social y político de las Españas, y en nuestras aportaciones actuales con capacidad innovadora y miradas transversales, podemos crear un espacio histórico, político y social para los ciudadanos con anhelos de un presente diferente y que quieran luchar por un futuro distinto. Unas propuestas para avanzar hacia un consenso territorial sobre las bases históricas de las soberanías forales y una proyección ampliamente federal. A nosotros, los carlistas, curtidos como estamos por la historia, nadie nos puede dar lecciones de patriotismo. La construcción del estado federal tiene que plantearse desde el principio de la subsidiariedad y la democracia participativa, superando la Constitución del 78 que es utilizada por el españolismo centralista en sentido restrictivo, como un muro de retención frente a la solución federalista.

Nuestras propuestas para lograr un consenso social más igualitario y solidario se basan en la defensa de la protección y el amparo públicos: el sistema general de pensiones, la seguridad social, la sanidad y la educación pública, los impuestos progresivos, el desarrollo de una banca pública y el control de sectores económicos estratégicos.

El compromiso por la economía circular, en la defensa medioambiental y en la contención del cambio climático, forma parte de nuestras reivindicaciones comunales y sociales. Hay que optar, ineludiblemente, por una moral de austeridad, pero también de solidaridad: no aceptamos una solución basada en el “capitalismo verde” que haga recaer la factura de la economía sostenible en las clases populares.

CARLISMO DIGITAL se presenta como una respuesta al momento político, social e institucional de las Españas. Una respuesta basada en las propuestas carlistas identitarias y doctrinales que hemos forjado a lo largo de nuestra praxis histórica: el principio de subsidiariedad y el respeto a la legitimidad de origen y a la legitimidad de ejercicio, la defensa del comunal como base de toda política social, la concepción cristiana -no excluyente- y humanista de la persona y la foralidad de las Españas anterior al concepto de Estado. La tarea de renovación y puesta al día de nuestros principios doctrinales, iniciada en los años sesenta del pasado siglo, debe prolongarse y actualizarse partiendo de los problemas concretos actuales.

CARLISMO DIGITAL considera un error fatal, además de una traición a nuestros mártires y a nuestra trayectoria histórica, cuestionar o renunciar a la evolución ideológica de nuestro movimiento. El Carlismo debe de dar respuesta a la problemática actual y ser una referencia ética de lucha y de propuestas. Y, mucho menos, debe el Carlismo ser instrumentalizado, como lo fue en el pasado, por las élites liberales y/o reaccionarias.

CARLISMO DIGITAL renueva el pacto Dinastía-Pueblo con la Familia Borbón Parma, y hace pública su lealtad a Don Carlos Javier de Borbón Parma como jefe de la Dinastía.

CARLISMO DIGITAL, sin renunciar en el futuro a otro tipo de actuación si democráticamente se decidiera, se presenta como una plataforma de estudio y debate, de propuestas ideológicas y políticas. Animando a sus componentes a ejercer sus compromisos cívicos y políticos en las organizaciones que considere más convenientes, con respeto, responsabilidad y sin imposiciones.

Diciembre, 2019