martes, 29 de septiembre de 2020

Entre la Legión y la OJE

AUTOR: José Manuel Martín Medem


Mientras el comandante legionario Felipe VI celebraba el centenario de la banda de mercenarios establecida por su bisabuelo Alfonso XIII, la ministra de Defensa decía que la Legión es “un orgullo para toda España”.

No está bien que nos atribuya una opinión que sabe que no es la de la mayoría pero, además, es una barbaridad que una mujer diga eso sobre una fuerza militar que es el paradigma de la violencia y del machismo. Y que lo diga desde el ministerio de Defensa confirma que una de las consecuencias de los pactos de la transición es que las ministras y los ministros se militarizan en ese cargo en vez de democratizar a las Fuerzas Armadas.

¿Es posible que todavía haya que explicar por qué hay que eliminar a la Legión?

¿Se puede soportar su desfile de violencia machista y religiosa sin recordar la represión en Asturias bajo el mando del que sería el caudillo de la dictadura y las matanzas de Extremadura durante la guerra civil por las que le pusieron el nombre del teniente coronel falangista Juan Yagüe (‘el carnicero de Badajoz’) precisamente a la calle de Madrid donde está la sede del ministerio de Defensa?

La Legión sigue ahí, con razón o sin ella, según su lema, blanqueada en misiones internacionales como si en el exterior tuvieran la culpa de lo que aquí ningún gobierno se ha atrevido a resolver. Y El País nos amenaza con que “cumplido ya un siglo, la Legión no solo parece haber superado el riesgo de disolución sino que es la unidad militar con más proyección de futuro”.

Dos asignaturas pendientes arrastran los gobiernos del PSOE. La eliminación de la Legión y la desmilitarización de la Guardia Civil. A los de la cabra los convirtieron en vergüenza de exportación y con los del tricornio armaron los GAL.

En 2008, el gobierno del PSOE recuperó para las Fuerzas Armadas (el valor de servir) el lema falangista (vale quien sirve) de lo que fue la franquista Organización Juvenil Española (OJE). Ahora, desde el Centre Delás d’Estudis per la Pau (info@centredelas.org) le piden a Sánchez una reforma en profundidad de las Fuerzas Armadas para “reducir su tamaño, cambiar la política militar y dedicar los 20.000 millones de euros de su presupuesto al desarrollo social”. Una petición que no le gustará a Felipe González. No olvidamos que dijo aquella solemne tontería de que “el ejército es la columna vertebral del Estado”(*).

(*) El País. 13 de diciembre de 1982. Entrevista de Juan Luis Cebrián.


23 de septiembre de 2020